Efecto Pigmalón en mi

 

Como educadora, como madre, como alumna y como trabajadora tengo en mente muchas veces éste efecto Pigmalión y procuro que estas profecías ejerzan siempre efecto positivo. Aunque no siempre es o ha sido así.

Efecto negativo

En mi propia experiencia, el efecto Pigmalión de un profesor ejerció tanta influencia en mi que no seguí con los planes que tenía para mi futuro.

Cuando era pequeña siempre quise ser médico pediatra o educadora. Esa era mi meta.

En segundo de BUP (yo soy del plan EGB) mi camino se cruzó con un profesor de física y química de la muy antigua escuela. 

Por algún motivo decidió que yo no era válida para su asignatura. A pesar de que aprobé su asignatura ese año.

Al año siguiente se debía decidir rama y en función de esa decisión se elegía carreras (de ciencias, o letras). Elegí ciencias puras, sería médico.

El primer día de clase de física y química de tercero, repetí profesor y aun me acuerdo de sus palabras "¿Qué haces aquí?, no vas a probar mi asignatura en todo el curso"

Esas palabras resonaron durante todo el curso en mi cabeza, y sí, no aprobé su asignatura y me quedó pendiente para el siguiente curso. Una niña de excelentes en matemáticos no era buena en física.

No quería verlo más, así que, al año siguiente en COU, renuncié a ser médico y me matriculé en letras mixtas (quería seguir haciendo matemáticas).

Recuperé la asignatura con otro docente con muy buenas notas y he sido capaz de enseñar física a otros alumnos.

Él me hizo creer que no era válida y lo creí, no confié en mis posibilidades y años después he pensado en ese "¿Y si hubiera confiado más en mí? ¿Y si alguien me hubiera animado a no tirar la toalla?

El pasado no se reescribe, pero sé que eso puede influir en muchos futuros.

 

Efecto positivo

Por el otro lado siempre he tenido el resultado del efecto Pigmalión de forma positiva.


Licenciatura Psicopedagogía 2006
Provengo de un entorno que hoy clasificaríamos como de riesgo social, padres sin estudios (no saben leer ni escribir), familia numerosa, clase social media -baja, paro, barrio periférico, ...

Bajo estos paradigmas, lo fácil era orientarme a una profesión manual, un oficio para ayudar a la familia de la forma más rápida posible.

 

Pero mi familia creyó en mí, mi madre me apoyaba y me decía todo que podía ser si me esforzaba. Mi padre me levantaba por la mañana para que pudiera estudiar. A los 15 años yo trabajaba de camarera para ayudar en casa y para poder seguir pagando estudios. Siempre pude compaginar estudio y trabajo gracias a ellos. Podría haber dejado los estudios y seguir trabajando, pero me dijeron que no me conformara, que podría ser lo que quisiera.


Seguí estudiando, y aquí estoy, con dos licenciaturas, un grado, un master y unas oposiciones a mis espaldas. Gracias a ellos, gracias a mis padres y gracias a mis hermanos.

También, años después, gracias a mi marido y a mis hijas pude seguir mejorando. Ellos creen en mí y eso me ha facilitado el poder seguir creyendo en mí.

Os abro un rinconcito de mí, y aunque no soy fan de las fotos, os enseño mis dos últimas graduaciones. Junto a mí, mis padres, mi marido y mi hija mayor (la menor está debajo de la toga,...estaba de 8 meses)


Soy educadora y tengo muy en mente este efecto Pigmalión. Procuro influenciar de forma positiva en cada uno de mis alumnos y generar efecto positivo.

De los 25alumnos de cada clase debemos creer que los 25 pueden. Da igual el entorno para que creamos en ellos. A pesar que el entrono no favorezca, no debemos  dejarnos influenciar.

Tenemos que creer en nuestro alumnado, en nuestros hijos. Nuestro apoyo será vital y podría ser decisivo aunque no lo creamos.

 

Eso sí, siempre dentro de la realidad y no generar distorsiones.

 


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