Las familias ante el diagnóstico de las necesidades educativas especiales y nuestro papel como maestros y maestras de educación especial.

 Cuando una familia recibe el diagnóstico de que su hijo tiene necesidades educativas especiales, por parte del equipo educativo ya sea por un informe psicopedagogico o por un informe médico anterior, es un momento de gran impacto emocional y cambios significativos en la dinámica familiar. 

Aunque cada familia puede experimentar estas fases de manera única y en diferentes órdenes, generalmente se reconocen algunas etapas psicológicas comunes que atraviesan. Es importante, que por parte de la comunidad educativa, seamos capaces de reconocerlas, no sólo para poder acompañarlos, si no también para poder anticiparse al proceso de duelo que supone la noticia. A continuación explico brevemente estas fases:


1. Negación:En esta fase inicial, los familiares pueden sentir incredulidad o negarse a aceptar el diagnóstico. Pueden pensar que se trata de un error o que el profesional que realizó el diagnóstico se equivocó.


2. Shock y conmoción: Tras aceptar el diagnóstico, la noticia puede generar un estado de shock y conmoción. Los familiares pueden sentirse abrumados, tristes, asustados o confundidos ante la idea de enfrentar una situación desconocida.


3. Culpa y autocrítica: Algunos progenitores pueden empezar a cuestionarse si hicieron algo mal durante el embarazo, la crianza o si cometieron errores que pudieron haber llevado a las necesidades educativas especiales de su hijo. Esta fase puede ser especialmente difícil, pero es importante recordar que las necesidades especiales de un niño no son culpa de nadie. Muchas familias tienden a buscar antecedentes, buscar que hicieron mal durante el embarazo o incluso es momento de culpabilitzar a alguna de las partes,... 

Volvemos a dejar claro que es una fase muy difícil y que aunque es difícil no hacerlo, no hay que buscar culpables. 


4. Búsqueda de información: En este punto, los familiares suelen comenzar a buscar información sobre la condición de su hijo o hija, tratamientos, terapias y recursos disponibles para apoyar a su hijo/a en su desarrollo y educación. Buscan en asociaciones, referencias, en hospitales o otros puntos de información. Aquí es importante saber dónde dirigirse y filtrar bien la información. 


5. Adaptación y aceptación: A medida que los progenitores adquieren conocimiento sobre las necesidades especiales de su hijo/a, comienzan a adaptarse a la nueva realidad y aceptar la situación. Esto puede llevar tiempo y esfuerzo, pero gradualmente se dan cuenta de que su amor y apoyo siguen siendo fundamentales para su bienestar. 


6. Afrontamiento y empoderamiento:Los padres aprenden a manejar los desafíos asociados con las necesidades educativas especiales de su hijo/a y comienzan a sentirse más empoderados al implementar estrategias y terapias que beneficien al niño/a.


7. Búsqueda de apoyo: Durante todo el proceso, los padres pueden buscar el apoyo de familiares, amigos, grupos de apoyo o profesionales que los ayuden a afrontar la situación y a sentirse acompañados.


8. Advocacy (Defensa):En esta etapa, los padres pueden convertirse en defensores de sus hijos, luchando por sus derechos y oportunidades educativas, así como abogando por una mayor conciencia y comprensión de las necesidades especiales en la sociedad.


Es esencial recordar que cada familia es única y puede experimentar estas fases de manera diferente. Algunos pueden pasar más tiempo en una fase que en otra, y algunos pueden tener reacciones emocionales más intensas. La clave es buscar apoyo, información y recursos adecuados para facilitar el proceso de adaptación y brindar el mejor apoyo posible al niño con necesidades educativas especiales.

El papel de los maestros y maestras de educación especial es crucial en este proceso.  Somos una figura esencial a través de la cual el centro  puede brindar el apoyo adecuado a los familiares de los alumnos con necesidades educativas especiales y esto es fundamental para lograr una colaboración efectiva y un desarrollo positivo del niño.

Aquí hay algunas formas en las que se puede realizar este acompañamiento:


1. Comunicación abierta y empática:Los maestros y maestras podemos establecer una comunicación abierta y empática con los familiares desde el principio. Escuchar sus preocupaciones, miedos y necesidades es crucial para establecer una relación de confianza.


2. Información clara y precisa: Proporcionar a los familiares información clara y comprensible sobre el diagnóstico de su hijo/a, así como las estrategias de apoyo y recursos disponibles. Los maestros/as puedemos despejar dudas y ayudar a los familiares a comprender mejor las necesidades especiales de sus hijos o hijas. 


3. Sensibilidad cultural: Reconocer y respetar las diferencias culturales y los valores de las familias es esencial para una relación positiva y efectiva. Los maestros y maestras de educación especial debemos ser conscientes de cómo la cultura puede afectar las actitudes y expectativas hacia la educación especial.


4. Formación y capacitación: Proporcionar a los maestros de Pedagogía terapeutica una formación continua en educación especial, así como en habilidades de comunicación y apoyo emocional. Esto les permitirá estar mejor preparados para entender y ayudar a las familias en las diferentes fases del diagnóstico.


5. Crear un ambiente acogedor:Los maestros especialistas de soporte a la inclusion pueden asegurarse de que el ambiente escolar sea acogedor y accesible para los familiares de los alumnos con necesidades educativas especiales. Esto incluye proporcionar información clara sobre la planificación educativa y la participación de los padres en el proceso.


6. Facilitar la conexión con otros padres: Organizar grupos de apoyo o sesiones informativas donde los familiares puedan compartir sus experiencias y encontrar apoyo en otros padres que atraviesan situaciones similares.


7. Fomentar la participación activa de los padres: Los maestros y maestras de Pedagogía terapeutica podemos invitar a los familiares a participar activamente en la educación de sus hijos, incluyéndolos en la planificación y seguimiento del progreso académico y emocional.


8. Cooperación y trabajo en equipo:Trabajar en estrecha colaboración con los profesionales de la salud, terapeutas y otros especialistas que puedan estar involucrados en el cuidado del niño. Esto ayuda a garantizar una atención integral y coordinada para el niño y su familia.


9. Flexibilidad y adaptabilidad: Reconocer que las necesidades de cada familia son únicas y pueden cambiar con el tiempo. Los maestros debemos ser flexibles y estar dispuestos a ajustar las estrategias de apoyo según las necesidadescambiantes de los familiares y el alumno.


En última instancia, el acompañamiento adecuado de los maestros de educación especial a los familiares de los alumnos con necesidades educativas especiales contribuye a crear un entorno de apoyo y colaboración que beneficia el desarrollo y bienestar del niño.


En la comunidad autónoma donde trabajo (Cataluña) , tenemos documentos en los que dejan claro que el papel de la maestra especialista de soporte a la inclusión (MESI) tiene un papel crucial de acompañamiento a la familia, tanto en momentos iniciales del diagnóstico como en transiciones de etapa como en decisiones de adaptaciones para implementar medidas y soportes para la inclusión en el sistema educativo. 


Tenemos un papel muy importante y debemos hacer que se nos contemple en la escuela y en los diferentes ámbitos de la educación. 

Las familias necesitan saber qué pueden contar con nuestra experiencia, empatía y colaboración siempre. 



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